Tostar nueces: en una sartén, derrite un poco de mantequilla a fuego medio. Agrega las nueces picadas y tuéstalas, revolviendo de vez en cuando, hasta que desprendan su aroma y adquieran un tono ligeramente dorado. Esto debería llevar alrededor de 5 a 7 minutos. Retira del fuego y reserva.
Preparación de la masa: En un bol grande, combine la harina, el azúcar, el polvo para hornear y una pizca de sal. Agregue los huevos y el extracto de vainilla. Mezcle hasta que todo esté combinado. Ahora, incorpore las nueces tostadas.
Horneado: Precaliente el horno a 350 °F (175 °C). Transfiera la masa a una fuente para horno engrasada y extiéndala de manera uniforme. Colóquela en el horno y hornee durante aproximadamente 20 a 25 minutos o hasta que al insertar un palillo, éste salga limpio.
El glaseado extraordinario: mientras se hornean las barras, es hora de hacer magia. Derrite la mantequilla en una cacerola. Una vez derretida, agrega el azúcar en polvo y bate continuamente. A medida que la mezcla se espese, agrega lentamente leche o crema hasta alcanzar la consistencia deseada. Termina con un chorrito de extracto de vainilla.
Armado de la delicia: Una vez que las barras estén horneadas y ligeramente enfriadas, esparce generosamente el glaseado sobre ellas. Déjalas reposar un rato y luego córtalas en cuadrados.
Notas:
Estas barras son ricas, por lo que cortarlas en trozos más pequeños podría ser una buena idea.
Para darle un toque especial, considere rociarlo con un poco de caramelo o espolvorearlo con sal marina.
Mientras disfrutas del crujido de las nueces y el glaseado cremoso, comprenderás por qué esta receta se destaca. Es un sabor de la hospitalidad sureña, envuelto en tradición y amor. Perfectas con una taza de té o café, ¡las barras de nueces de Carolina seguramente conquistarán corazones en cualquier reunión!
