Sin embargo, esta solicitud fue supuestamente denegada por la torre de control, una decisión que, según los expertos, pudo haber sellado el trágico destino del vuelo. Aún no se conocen las razones exactas que llevaron al rechazo de la solicitud, pero el hecho está siendo investigado ampliamente, ya que plantea cuestiones cruciales sobre los protocolos de seguridad y la comunicación entre pilotos y controladores de vuelo.
Otro hecho que hace aún más dolorosa la tragedia es el relato de otro piloto, quien habría enfrentado condiciones similares el mismo día. Este piloto, que estaba al mando de un A320 en una ruta similar a Guarulhos, informó al control de tráfico aéreo que observó una formación inusual de hielo en la ventana lateral de la cabina.
Este tipo de fenómeno, especialmente en las condiciones climáticas y altitudes en cuestión, es un claro indicio de que otras aeronaves en la misma ruta podrían enfrentar riesgos similares.
El piloto explicó que, al percatarse de la situación, avisó de inmediato a la torre de control para que los operadores alertaran a otros pilotos que ese día tomarían la misma ruta.
“Hice mi trabajo, notifiqué al control”, dijo al periódico O Globo. Este tipo de aviso es fundamental para prevenir accidentes, ya que permite a los pilotos tomar medidas preventivas, como cambiar la altitud de vuelo o ajustar la velocidad para evitar la acumulación de hielo.
Lamentablemente, parece que las advertencias no fueron suficientes para evitar la tragedia.
